13 dic 2011

Norte de India y Nepal. 2. Jaisalmer (15 de noviembre)

En nuestro primer viaje en tren tuvimos
la suerte de los novatos, pues aunque parezca mentira el tren llego puntual, a las 17.30. Por delante teníamos un viaje de 17 horas (por el módico precio de 672 rupias los dos, es decir 10€) que nos iba a llevar hasta Jaisalmer a escasos kilómetros de la frontera con Pakistan.
Los trenes de la India cuentan con varias clases, pero nosotros al coger los billetes de un día para otro nos toco, segunda clase sin aire acondicionado. El vagón está dividido en varios
compartimentos y cada uno cuenta con seis literas, tres a cada lado. En principio los seis ocupantes del compartimento se sientan el litera de abajo hasta que llega el momento de dormir (más o menos las 10) que es cuando cada uno se retira a la suya. Lo malo de que te toque la litera inferior es que si tienes sueño o quieres leer tumbado durante el día o te aguantas o le pides a un compañero que te cambie de sitio. Por suerte para nosotros nos tocaron las intermedias.
Cuando llego el tren, mochilas en ristre y abriéndonos paso entre la multitud conseguimos localizar nuestro vagón y dentro de el nuestro compartimento. Sentaditos al lado de la ventana esperamos a que llegaran nuestros compañeros y empezase el viaje. Al principio nos extraño que siendo un compartimento para seis, en la estación de Delhi estábamos ocho….amontonaditos en las literas de abajo. Mas extraño fue cuando en la siguiente parada estábamos 14 y en la siguiente 23. En este momento la gente ya se había acomodado en las literas superiores, en los su
elos, por los pasillos…Le preguntamos al que teníamos al lado si íbamos a hacer todo el viaje así, porque en principio nosotros habíamos pagado por una litera y nos comento que toda esa gente se iba bajando en las ciudades cercanas a Delhi y que sobre las 11 o las 12 de la noche el vagón se quedaría medio vacío. Según nos decía esto la gente continuaba subiendo y cuando ya llevábamos contadas 35 personas en un espacio destinado a 6 perdimos la esperanza de recuperar nuestras literas. Como nos habían comentado, hacia media noche, la gente empezó a desalojar el tren pero aun así seguíamos estando más gente de la que correspondía. Nuestro compañero de litera se debió compadecer de nosotros así que a la gente que estaba en nuestras camas las despachó diciendo que queríamos dormir, por tanto saco en ristre nos situamos en los compartimentos superiores dispuestos a pasar la noche.
Nos despertamos con el grito de los vendedores que a primera hora de la mañana se suben a los trenes para vender el desayuno, té o café, agua….


Sobre la hora prevista llegamos a Jaisalmer conocida como "La Ciudad Dorada" por el color dorado que le confiere la arena amarilla tanto a la ciudad como a sus alrededores y que está situada en el desierto de Thar.
Lo que más nos llamo la atención nada más llegar fueron las famosas vacas sueltas por la calle (en Delhi no había ninguna) y los regalos sorpresa que te encuentra
s como no vayas con cuidado, es decir las moñigas en todos los lados. Delante del albergue teníamos una estacionada de continuo y a pesar de que le dábamos pequeños empujones para poder abrir la puerta ella ni se inmutaba.


Una de las cosas más espectaculares de esta ciudad es su famoso fuerte que con 99 bastiones corona la colina de Trikuta (Tres Picos) de 80 metros de altitud. En el interior de dicho fuerte se encuentra el palacio Maharaja Mahal, siete templos jainas y dos hinduistas. No solo pudimos contemplar la espectacularidad del fuerte que pone de manifiesto la riqueza y poderío de los marajas sino también la verborrea de los vendedores de las tiendas que lo rodean con frases, como “bueno, bonito y barato…y más barato que en Eroski”, ….”más barato que en Mercadona”…¡si es que la globalización ha llegado a todos los lados!
Fuerte de Jaisalmer






A las afueras de la Ciudadela, se encuentra el "City Park", o Estanque de Gadi Sagar. Es un sitio tranquilo que hace olvidar un poco la sequedad del desierto. En torno a un lago artificial, se asoman varios edificios también de tono amarillo-ocre y gente en la orilla bañándose y haciendo abluciones. Destaca el porche de la casa de la bailarina "Tilo". Cuenta la leyenda que el porche, lo hizo cosntruir la famosa bailarina y como parecía que los dos pilares eran sus piernas y había que pasar por entre "las piernas", para coger agua del estanque, el Marajá se negó, e hizo poner encima del porche un santuario dedicado a Krishna.

Estanque de Gadi Sagar

En esta zona es típico hacer tours con camellos por el desierto pero nosotros preferimos cambiar
los camellos por un todo terreno para visitar los pueblos de la zona y terminar el día viendo atardecer desde las dunas del desierto. A punto estuvimos de anular esta excursión pues la noche anterior Iñigo empezó con sudores fríos, fiebre, descomposición, etc.…pero al final todo quedo en un susto y al día siguiente junto con nuestro guía nos dirigimos a conocer el Rajastán más profundo. Nos dimos cuenta que el agua corriente y la luz eléctrica es un lujo de las ciudades (y no siempre) y que las mujeres hacen todo el trabajo…van a por agua, cuidan los animales, cocinas, ponen a secar las moñigas en las tapias para tener combustible, tejen, etc.
Nuestra primera parada fue a pocos km de Jaisalmer, en una especie de cementerio hindú en el que no hay tumbas pero sí cenotafios. El lugar se llama Bada Bagh. En medio de la nada, se levantan cúpulas sobre pilares, que cubren estelas funerarias con breves inscripciones sobre la persona a la que se honra. No son mausoleos porque en la India se incinera, no se entierra a los muertos. Pero sí son como lápidas que recuerdan la vida y los actos de los marajás y personajes históricos.

Bada Bagh







Antes de llegar a nuestro destino final, las dunas de Sam, nos paramos en Kudhara, un pueblo fantasma que un día contó con más de 700 casas, donde vivían los Brahmanes. Ahora sólo quedan ruinas y un eremita en la puerta que cobra la entrada por pasar con el jeep. El tirano Salam Singh, dueño de uno de los Havelis más impresionantes de Jaisalmer, fue quien destruyó todo el poblado. Quería casarse con una de las chicas del pueblo y, como no era de la misma casta Brahman, le impidieron casarse con ella. El tirano enfurecido arrasó con todo, y los habitantes huyeron por la noche antes de que él llegara.
En la actualidad todo es ruina y desolación menos algunas viviendas que las han restaurado para que nos hagamos una idea de cómo eran
El atardecer en las dunas fue espectacular sobre todo porque nos llevaron a una zona donde no suele ir nadie y lo pudimos disfrutar en soledad, los dos solos……..mas las cientos de cucarachas que allí había. La vuelta fue los tres sentados en la parte delantera del todo terreno dando botes por el mal estado de la carretera y con la radio a todo volumen escuchando música india e intentando seguir el ritmo


En Jasailmer también vimos la primera de las muchas bodas que se celebran en este país. Estas duran unos cuantos días y para ello, montan unas carpas en cualquier calle de la ciudad y lo inundan todo de colorido, música, alegría, saris…
Nuestro siguiente destino Jodhpur… y esta vez en autobús


Nuestros anfritiones en la comida en pleno desierto

¡Una imagen vale mas que mil palabras!


¿Que toca de comer hoy? Lo unico que entiendo es chicken y rice


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