11 ene 2012

Norte de India y Nepal. 4. Udaipur (18 de noviembre)





Udaipur. La ciudad másromántica de la India



“Dice la leyenda que el Maharaná encontró a un santón meditando a orillas del lago Pichola; éste le bendijo y le aconsejó la construcción de un palacio en aquel lugar, un fértil valle con agua corriente, lagos, una agradable altitud y un anfiteatro de bajas montañas; el maharaná siguió el consejo y fundó la ciudad a la que trasladó su capital en torno a los lagos Pichola y Fateh Sagar.”
Llegamos a Udaipur a las 21:00h después de un “entretenido” viaje en autobús. En una de las paradas que hicimos en un bar de carretera para estirar las piernas pudimos ver una manada de jabalís que deambulaban tranquilamente por entre las casas. Esta escena la observamos en más ciudades, por lo que dedujimos que no solo tiene respecto hacia las vacas que inundan el país, sino que hacia cualquier tipo de animal, pues en medio de las ciudades, puedes ver jabalís, cabras, vacas…que deambulan tranquilamente entre la gente.
Cuando llegamos a Udaipur (y recuperamos nuestras mochilas llenas de polvo del portaequipajes) compartimos tuck-tuck con una chica alemana que venía también en el autobús (y una de las pocas turistas con las que coincidimos en los transportes públicos) que coincidencias de la vida se iba a alojar en el mismo hostal que nosotros. Este hostal estaba a las orillas del lago por lo que decidimos nada más llegar subir a una terracita para cenar y tener unas vistas de la ciudad de noche.
No se si he comentado en algún momento de este blog que en este país muchos de los edificios cuentan con terrazas en la parte superior donde suele haber un bar o restaurante y desde donde se suelen ver las mejores vistas de las ciudades. Desde que llegamos a Delhi y vimos las primeras terrazas, en todas las ciudades andamos mirando hacia arriba para poder elegir el siguiente destino para nuestra cervecita.
Las vistas nocturnas de los lagos Pichola y Faterh con sus palacios y hoteles adornados con luces ha sido una de las imágenes que no vamos a olvidar, sobre todo cuando empezó un festival de fuegos artificiales que seguramente se debían a la celebración de alguna boda.
Después de disfrutar del espectáculo nocturno y de una estupenda cena toco el turno de descansar que al día siguiente nos tocaba conocer la ciudad

Udaipur es una ciudad para andar, callejear y perderse por sus estrechos callejones y asi comprender porque es considerada una de las ciudades más bellas de la India. Mucho más limpias que el resto (aunque el caos del tráfico es igual de insoportable) sus pequeñas tiendas (de ropa, de libretas, de artesanía…) se ordenan a ambos lados de las calles ofreciendo sus productos a turistas y viajeros que por allí estamos. Udaipur marca la diferencia aportando su sofisticada elegancia, con sus palacios, lagos, templos y jardines que parecen sacados de un cuento de hadas. Además como toda ciudad de la india cuenta con su fuerte o palacio y el Templo de Jagdishque es una muestra de estilo indio-ario.
Engalanadas para la boda
Una vez más pudimos ver una boda, pero esta vez tomamos parte del cortejo pues la estrechez de la calle nos hizo sumarnos a la avalancha humana que iba detrás del novio entre canticos y gritos de alegría.





















¿Donde esta Wally?

























Para rematar el día volvimos al restaurante donde habíamos estado la noche anterior y culminar con una opípara cena con vistas al lago.
Pronto a dormir que a las 8:30 de la mañana tocaba otro autobús hacia Puskar, via Ajmer

Cargando arena para las obras





























A los niños les encantan que les hagas fotos,
a condición de que luego se las enseñes.....
se mueren de risa cundo se ven¡¡¡
















En muchos bares de la India no pueden vender alcohol, asi que cuando les pides alguna cerveza te la sirven en una tetera (al más puro estilo inglés).......por si pasa algun inspector¡¡

.....asi que tampoco te la pueden cobrar por lo que en nuestro caso nos pusieron "Spagettis non chease"

Uno de los muchos talleres de costura que vimos, pero todos atendidos por hombres.


A grandes males......grandes remedios¡